Psicoterapia Individual


Los avances en la Neurociencia y la Psicología contemporáneas demuestran cada vez más la interrelación  que existe entre el cerebro – la mente y el cuerpo. Lo que pensamos afecta a nuestro cuerpo (liberando una cadena de impulsos nerviosos y químicos que, a través de los diferentes sistemas del organismo,  nos tensionan, nos aceleran, nos colapsan, etc.),   y, a su vez,  el estado del cuerpo en un momento dado hace que tengamos determinados pensamientos y emociones (como cuando estamos con sueño y nos sentimos fastidiosos pensando negativamente sobre cosas que no nos molestarían si estuviéramos descansados). Todo el tiempo estos ámbitos de nuestra existencia se influyen mutuamente.


La “buena comunicación“ entre estos ámbitos es un prerrequisito para la salud, para que funcionemos en equilibrio, integrados.  La “mala comunicación" o desregulación entre ellos tiene que ver con muchos de nuestros problemas. Por ejemplo: en los ataques de pánico, cuando nuestra mente nos dice que no hay nada que temer, pero nuestro cuerpo sigue reaccionando con taquicardias y sudoración; en el insomnio, cuando nuestro cuerpo está agotado pero no logramos bajar la actividad de la mente y dormir; en la depresión, cuando estamos colapsados, sin energía y nuestros pensamientos no pueden “levantarnos” por más que queramos; en las adicciones, cuando nuestro cuerpo nos envía señales de malestar pero nuestra mente continúa compulsivamente incitándonos a consumir algo que nos hace daño y seguimos "aferrados" (a una sustancia, a una relación, a una actividad), etc.

Las Psicoterapias Corporales tradicionalmente han abordado los problemas psicológicos con una mirada integral, comprendiendo cómo nuestra personalidad y nuestra forma física se corresponden, desarrollando técnicas específicas para ayudarnos a resolver nuestras dificultades cambiando patrones de funcionamiento del cuerpo (además de hablar sobre lo que nos pasa, como en toda  psicoterapia); considerando al cuerpo en todos las etapas de una terapia (diagnóstico, tratamiento, evaluación).

Las Terapias del Trauma, basadas en el modelo del estrés y en los estudios del cerebro,  también hacen énfasis en integrar la “memoria corporal” para que el cuerpo deje de reaccionar en el presente a situaciones que ya pasaron (a veces hace ya mucho tiempo) y podamos liberarnos del estrés crónico y de los síntomas postraumáticos (irritabilidad, fobias, falta de vitalidad, miedo y alerta persistentes, embotamiento, etc.).

Las Terapias basadas en Mindfulness (Atención Plena) destacan igualmente la importancia de prestar atención al cuerpo para “volver al momento presente” y poder así aprender a reducir el estrés y a regular  las reacciones de ansiedad, ira o depresión (para poder "responder" y no sólo "reaccionar").

Mi  forma de trabajo se enfoca en ayudar a las personas que me consultan a lograr una "buena comunicación" entre su mente, su cerebro y su cuerpo, mediante diversas técnicas que les permiten aprender a  autorregularse, a lograr un estado de mayor equilibrio y poder resolver así las dificultades por las que consultan. Inicialmente me especialicé en Psicoterapia Corporal y posteriormente he ido formándome en tratamiento del trauma, el estrés y la ansiedad (EMDR, Experiencia Somática) y en abordajes basados en Atención plena o Mindfulness


 ¿Qué se puede esperar de este tipo de psicoterapia?

  • Que además de reflexionar y hablar “acerca de”  los problemas, también prestemos atención a cómo estos toman forma en nuestro cuerpo y mente. Para poder “desarmarlos” y encontrar nuevas maneras de estar y de movernos en la vida.
  • Aprender no sólo a pensar diferente, sino a estar, a sentirnos diferente en nuestros cuerpos y mentes.
  • Aprender herramientas para regular nuestras emociones, la forma en que respondemos a situaciones difíciles y cómo nos comunicamos con los demás.
  • Aprender a  cambiar el estado de nuestro cuerpo para incidir positivamente sobre nuestros pensamientos y emociones y poder  "pensar mejor"
    en diferentes situaciones, tomar mejores decisiones, resolver conflictos, animarnos
    a encarar desafíos, etc.
  • Sanar las heridas generadas por experiencias traumáticas y sus consecuencias en
    nuestra forma de pensar, sentir y relacionarnos.
  • Considerar nuestros aspectos positivos o “recursos” (aquellas cualidades y destrezas que todos tenemos) y fortalecerlos. No poner el ojo sólo en lo negativo, sólo en las
    dificultades.
  • Orientación para realizar actividades fuera de la terapia que nos ayuden a lograr los
    cambios que queremos lograr, a partir del diagnóstico psicocorporal.
  • Un tratamiento adecuado a nuestras características particulares y no un mismo método aplicado a todos por igual.
  • Comprender profundamente lo que nos pasa, nuestros síntomas y nuestra
    personalidad.
  • “Amigarnos” con nuestro cuerpo, aprender a cuidarlo y a honrarlo. Encontrando la mejor manera de funcionar de acuerdo a nuestra forma particular. 

Conceptualmente integro:
  • El enfoque de la Psicotraumatología y de las terapias basadas en la Neurociencia (Experiencia Somática, EMDR, terapias de Estados del Yo)
  • Psicoterapias basadas en "Mindfulness" (Atención Plena)
  • Las bases psicodinámicas del Psicoanálisis Relacional
  • Desarrollos en Psicoterapia Corporal bioenergética y neoreichiana
Mis intereses actuales son: profundizar mi conocimiento de los modelos terapéuticos que
integran la Neurociencia y de los tratamientos del trauma y el estrés (que tienen tanta prevalencia en nuestro vertiginoso mundo). Como psicoterapeuta integrativo, busco permanentemente desarrollar nuevos formatos y propuestas  para ayudarnos a vivir mejor. Además de la psicoterapia, me interesa generar espacios de promoción de salud, donde las personas desarrollen destrezas parar cuidar mejor de sí mismas y para vivir con plenitud.